Una buena semana en Guantánamo: el juez restablece
los casos de habeas y el fiscal jefe de las Comisiones Militares dimite
08 de octubre de 2007
Andy Worthington
Como apreciarán los lectores habituales, los giros y vueltas de la historia de Guantánamo son tan impredecibles que una mala
semana, cuando, por ejemplo, los recursos de hábeas de los detenidos son
desestimados en los tribunales y los denostados juicios militares del gobierno
vuelven a la vida, puede invertirse inesperadamente cuando un juez cambia de
opinión y un fiscal del gobierno opta por la jubilación anticipada.
Esto, por supuesto, es exactamente lo que ha ocurrido en los últimos días. El viernes, el juez de
distrito Ricardo Urbina, que hace sólo dos semanas desestimó 16 demandas que
impugnaban el encarcelamiento indefinido de al menos 40 detenidos en
Guantánamo, revocó su decisión anterior tras una apelación de los abogados que
representan a los detenidos. Como informó Jurist, la desestimación inicial de
Urbina de los recursos de hábeas corpus -a la espera de las vistas del Tribunal
Supremo, probablemente en diciembre, relativas a dos casos de gran repercusión,
Al-Odah contra Estados Unidos y Boumediene contra Bush- había
"invalidado los protocolos que rigen el acceso de los abogados a los
detenidos y había llevado a los funcionarios del Departamento de Justicia a
prohibir nuevos accesos hasta que los abogados aceptaran nuevas restricciones
supuestamente exigidas por motivos de seguridad".
Hace dos semanas, como informé aquí,
parecía que esto significaba que los abogados de los detenidos no tendrían
acceso a sus clientes hasta que hubieran pasado por una nueva serie de aros
humillantes - y que, mientras tanto, la administración podría aprovechar el
paréntesis para devolver sigilosamente al detenido libio Abdul
Rauf al-Qassim al país donde nació, donde corre el riesgo de ser torturado.
Pero no. Cambiando completamente de opinión, Urbina no sólo reinstauró las
peticiones de habeas de los detenidos, sino que también indicó que una de sus
razones para hacerlo era su "preocupación" por las
"maniobras" del Departamento de Justicia.
En el mismo artículo en el que me lamentaba de la decisión inicial de Urbina, también me mostraba
cabizbajo ante la noticia de que los juicios estalinianos de la administración
-las Comisiones Militares- habían sido reactivados tras sufrir lo que parecía
un golpe mortal hace tan sólo cuatro meses. Con el visto bueno de un tribunal
de apelación convocado apresuradamente para volver a la vida maligna, parecía
plausible que se celebraran nuevos juicios en un futuro inminente, y yo me
estaba preparando, retóricamente, para ocupar las barricadas erigidas por los
abogados defensores militares nombrados por el gobierno, actualmente dirigidos,
en términos de pronunciamientos públicos, por el teniente coronel William
Kuebler. William Kuebler, que ha sostenido insistentemente que las comisiones
están amañadas, son ridículas, injustas, una farsa y un proceso ilegal.
Sin embargo, casi tan pronto como se reactivaron las Comisiones, el Wall Street Journal (como
describí aquí)
informó sobre una grave disputa entre el coronel Morris Davis, fiscal jefe de
las Comisiones, y su oficial superior, el general de brigada Thomas Hartmann,
asesor jurídico de la jueza retirada Susan Crawford, la "autoridad
convocante" que supervisa los juicios, en la que Davis, enfadado por lo
que percibía como una interferencia injustificada de Hartmann, amenazó con
dimitir y, de paso, reveló profundas divisiones dentro de la administración
sobre cómo dirigir sus tribunales canguro.
Coronel Morris Davis
en días más felices.
|
Claramente insatisfecho por la respuesta a su arrebato, Davis cumplió su amenaza y
presentó su dimisión la semana pasada, dejando el proceso de la Comisión sin
rumbo hasta que se encuentre un nuevo fiscal jefe. El portavoz del Pentágono,
Bryan Whitman, declaró inmediatamente: "No preveo que esto afecte en modo
alguno a la preparación de los casos que se presentarán ante las Comisiones
Militares", pero otros no están tan seguros.
Siempre listo con una respuesta condenatoria, Bill Kuebler declaró a Newsweek: "Esto es
lo que ocurre cuando se intenta poner en marcha un sistema judicial desde
cero", y Wells Dixon, abogado del Center for
Constitutional Rights, subrayó las preocupaciones de Kuebler,
declarando al New York Times: "Esto es una prueba más de que el
proceso de las comisiones militares se está deshaciendo por completo", y
añadió que esto era "endémico de cualquier sistema que se inventa sobre la
marcha". Tampoco, como concluyó Newsweek, será necesariamente fácil
encontrar un sustituto para Davis. "Desde 2004 ya se han ido y venido dos
fiscales jefes", informaba la revista. "En lo que respecta a las
ofertas de empleo, ésta tendrá el sello de 'evitar' por todas partes".
Puede que todo haya vuelto a cambiar la semana que viene, pero por ahora me tranquiliza saber que
algo va bien.
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|